lunes, 14 de diciembre de 2009

El estado del Estado


Para llevar adelante un proyecto nacional el Estado se vuelve una herramienta indispensable; y esa herramienta que es el estado fue reconstruida entre 1976 y 2001 con propósitos muy distintos a los desafíos de desarrollo con inclusión e integración regional planteado en 2003.

Cuando hace un par de semanas, con los compañeros de Sin Edición entrevistamos a Eric Calcagno, uno de los temas que emergió fue la necesidad de reconstruir el Estado para transformar la Nación. De allí, la doble tarea del gobierno nacional: de llevar adelante un proyecto nacional mientras se construye la herramienta de transformación.

En este proceso de transformación el Estado Nacional exhibió el desguase sufrido durante años, la escasa capacitación de sus cuadros, ineficacia, corrupción, trabajadores en negro, bajos salarios, torpeza y lentitud, que muchas veces hacen dudar si se trata de algunas dificultades en las poleas de transmisión que hay (o debería) entre las decisiones políticas de la Casa Rosada y la concreción lisa y llana; o falta de una verdadera voluntad política de transformación. Los peronistas creemos que tiene que ver con lo difícil que es llevar adelante esta gestión con el estado del Estado que dejaron décadas de políticas neoliberales. Pero no todos son peronistas.

Por otra parte, también hay un discurso mediático y político que se aferra de esas flaquezas de la estructura estatal para argumentar que el estado solo puede hacer gansadas (cagadas) allí donde se entrometa. Este discurso, se sabe, es impulsado por los mismos que antes desguazaron al Estado o se favorecieron de esa política. Y se acentúan cada vez que el gobierno toma iniciativas intervencionistas mensurables: control del tipo de cambio, recuperación de Aerolíneas Argentinas, Estatización de los fondos jubilatorios otrora en manos de las AFJP, controles de precios, retenciones, regulación del sistema de medios, estatización de YPF etc..

Sin embargo, también vale mencionar que la gestión ah tenido algunos éxitos que contrastan con el discurso liberal, entre los que se destaca la velocidad con la que se desarrolla la asignación por hijo anunciada en octubre, que ya alcanzó a 1 millón 300mil familias, mientras los noticieros y los dirigentes de la oposición, lejos de poner sus unidades básicas y organizaciones de base para orientar a los potenciales beneficiarios, sólo sobreactuaron la falsa indignación que les provocaba ver largas colas de pobres e indigentes haciendo el trámite en cuestión.

La reestatización de Aerolíneas Argentinas, de momento tuvo algún éxito, que es la permanencia de un servicio esencial para la integración de algunas provincias que estarían prácticamente (aunque no virtualmente) incomunicadas si no fuera por el servicio aerocomercial que presta la empresa.

En contraste, la secretaría de Comercio Interior que lidera nuestro ídolo Guillermo Moreno, lejos está de cumplir con la difícil tarea que le atañe. La política de control patoteril que tanta gracia causa entre compañeros y que, llegado el caso bancamos, resulta insuficiente para controlar un mercado de alimentos sofisticado y altamente concentrado.

Si el 2010 nos encuentra nuevamente en un contexto de alto crecimiento económico –como todo hace preveer-, será necesario que el estado ejerza un control mas sofisticado que los “acuerdos de precios” y las visitas de Moreno para apañar los abusos de los supermercadistas. Que amparados en un curioso argumento, aumentan los precios cuando más ganan.

Los asalariados peor pagos son los que gastan la mayor parte de sus ingresos en alimentos, y todas (o parte) de las mejoras que puedan percibir en sus ingresos se verían menguadas si el estado no interviene con inteligencia en ese mercado. Si no, la redistribución de la riqueza, la caída de los índices de pobreza e indigencia se irán al tacho ante el primer cimbronazo político o económico, ya sea local o importado.

2 comentarios:

  1. Va a ser un tema ardua compañeros, esos controles son es "gran paso" adelante. Ojalá se pueda. Hoy los supermercadistas, o algunos de ellos, al menos no confrontan.

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  2. "Como doctrina económica, el Justicialismo realiza la Economía Social, poniendo el capital al servicio de la Economía y ésta al servicio del bienestar social."

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