viernes, 31 de mayo de 2013

Cambios en el Gabinete


El kirchnerismo nunca hizo gala de los cambios de Gabinete, y a excepción de la salida obligada de Schiavi de la Secretaría de Transporte, tampoco desplaza funcionarios en medio de la tormenta. No los cambia conforme a la (im)presión de los meteorólogos de la política. Hace sus propias mediciones, se esfuerza en hacerse fuerte allá donde está flaco, escapa para adelante, oportunamente.

En ocasiones, recontraratificó a los más cuestionados, incluso a aquellos que ni el propio kirchnerismo sabía cómo digerir sin protectores gástricos. Así, Aníbal Fernández pasó de poderoso funcionario de opaca y sinuosa trayectoria, a rockstar kirchnerista. Mientras que del prestigioso Daniel Filmus, decimos que en su pecho se enfrían las cervezas, siempre necesarias para ahogar penas postelectorales.

El caso más potente es el de Guillermo Moreno. El funcionario más atacado por el Grupo Clarín y el conjunto de las corporaciones mediáticas, y, en su momento, el menos defendido. Cuando todas las miradas estaban puestas sobre el INDEC, y el prestigio de sus estadísticas todavía era tema de discusión, cualquier movimiento político se interpretaba como posible salida del ferretero de Balvanera.

Ahora, Guillermo Moreno se empoderó. Y es un ídolo. No hay kirchnerista que no aprecie una foto con el Secretario de Comercio.

Las salidas, cuando no son ascendentes o autoinflingidas por el funcionario, son dilatadas, y se premia con Embajadas, a excepción (otra más) de Taiana, que no necesitó una embajada para sostener su prestigio; o con fueros en el Senado; o con candidaturas; en el peor de los casos.

Garré: a una embajada en la OEA. Que es todo lo contrario que una en Haití, tanto por el lujo como por el aburrimiento.

Rossi: incansable Jefe del Bloque del FPV en Diputados, fue arrancado de la interna peronista por el poder Santafesino, y llevado al Ministerio de Defensa. Escuché en televisión que fue degradado. Lo fue en los términos de sus expectativas provincianas, que, si aún las tenía, eran injustificadas, pero no en términos de poder hacer. ¿Desde cuándo un Diputado vale mas que un Ministro? Vale más para los chantas, que buscan fueros, buen sueldo y poco que hacer.

Arturo Antonio Puricelli: opaco funcionario. Santacruceño. Ex Gobernador de esa provincia entre 1983 y 1987. Desplazado por Néstor Kirchner. Va, por motivos no explicados por el Gobierno (lo que es esperable), pero mucho menos por nuestro microclima, al Ministerio de Seguridad, donde Berni es una figura ascendente. Cabe preguntarse ahora, quién encabezará la transformación y el control de las policías federales.
Época de cambios. En el kirchnerismo son paulatinos, y, a ojímetro, casi siempre fueron para mejor. Hay excepeciones como en todo, como cuando tuvimos Ministro de Relaciones Exteriores y dejamos de tenerlo, o como cuando tuvimos Ministro de Salud y pasó lo mismo. O como cuando tuvimos Ministro de Economía, y se nos fue para siempre.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Siempre estuvo cerca


Luego de la expulsión que sufrió el Partido Socialista Argentino en el Foro de San Pablo, el ex gobernador de la provincia de Santa Fe y dirigente del FAP Hermes Binner, lanzaría el Foro de Rosario (?).

lunes, 27 de mayo de 2013

La lista de los nazis del Gobierno



El kirhcnerismo expresa el Nazismo de latinoamérica. Por eso el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, es Timmerman.

El kirchnerismo es nazismo puro, por eso Spolzky es uno de los empresarios mediáticos mas prósperos.

Como el kirchnerismo es tan Nazi, financia a otro judío para que produzca 678, el difusor del ideario nazi.

El otro nazi es Guillermo Moreno. A la legua se nota su ascendencia aria.

Puricceli, Ministro de Defensa, otro nazi, intentó invadir Ghana con la Fragata Libertad. No resultó.

Sabbatela, más nazi todavía, ya hizo cumplir la ley de medios enviando a la Gendarmería al independiente Grupo Clarín, o no?

Lorenzino dice que es nazi, pero los compas del gabinete no le creen. Un ario no puede ser tan pelotudo, murmuran.

Kicillof, otro nazi, al frente de los intereses estatales en el sector privado.

Ampliaremos.

Duhalde, enojado porque los Kirchner serían demasiado duhaldistas


El ex senador se despachó con una columna en el diario La Nación, en la que busca establecer una nueva "verdad histórica" sobre esta década ganada.

Duhalde, cuenta en La Nación que Néstor y Cristina Kirchner realizaron las iniciativas que él había impulsado ya en 2002, pero consideró que el Gobierno desperdició "la década dorada".

Pobre, en gran medida es cierto que fue borrado del relato. Lo que no dice, es que esa "distracción" de la historia lo favorece.

"Desenmascarar la mentira"

"Con su discurso falsamente progresista, el Gobierno disimula el fracaso de no haber resuelto los problemas estructurales de nuestra sociedad. Desperdició, así, la década dorada, la más promisoria de la Argentina y de toda la región"

"Luego de las elecciones presidenciales de 2003, entre mi aversión a los personalismos y la esperanza de que el presidente que me sucediera renovara la política y consolidara la recuperación que se había iniciado el año anterior bajo mi gobierno, resolví llamarme a silencio sin beneficio de inventario.
Algunos me reprocharon que, a poco de haber asumido, las nuevas autoridades hablaran de los progresos en curso como si fueran logros propios, salidos como por obra de magia de una galera. Me incitaban a decir públicamente la verdad: que lo que se estaba haciendo correctamente y auguraba una etapa de progreso sostenido para nuestra patria era, en realidad, fruto de los cimientos de un programa que habíamos elaborado a fines de los 90 -cuando advertíamos que la convertibilidad estaba agotada-, pero pusimos en funcionamiento en las peores condiciones, en enero de 2002.
También me motivó a guardar silencio el hecho de que alguna prensa me presentara como el titiritero que movía los hilos de un Chirolita. Lo cierto es que la imagen resultaba denigrante para la figura del nuevo presidente, tanto que, el mismo día de su asunción decidí alejarme del ajetreo diario y viajar por varios meses.
Callé, pese a que tenía mucho que decir. Podría haber recordado a los olvidadizos un hecho elemental: que fui el único que se atrevió a hacerse cargo de la más alta magistratura cuando la ciudadanía gritaba en las calles "que se vayan todos", ese reclamo más desesperado que anárquico que de a poco fue cediendo. Contra todos los pronósticos y la tendencia prevaleciente, cuando convocamos a elecciones -en las que voluntaria y claramente me autoexcluí desde el día de mi asunción- esos mismos ciudadanos votaron masivamente.
El 25 de mayo de 2003, el traspaso democrático fue una fiesta popular. Gracias a la acción de millares que se convocaron en el Diálogo Argentino (Iglesia, asambleístas, empresariado, trabajadores, profesionales, intelectuales, gremios, sociedad civil), en poco más de un año saltamos del repudio a la política, a la madurez cívica en la que las grandes mayorías pedían participar.
Una de las debilidades de mi gobierno fue afrontar la crisis con minoría en ambas cámaras legislativas. Por eso, quiero destacar con nombre y apellido la responsabilidad democrática de Raúl Alfonsín, quien, desde el Congreso Nacional, contribuyó significativamente para que se ratificaran las medidas que aseguraron la gobernabilidad.
Claro está que, para comprender este completo cambio de actitud hacia la vida política, este giro copernicano en la expectativa ciudadana, es preciso hacer una breve reseña de la acción de la administración que me tocó encabezar y que el actual gobierno se atribuye, falseando la historia.
Sin una sola denuncia de corrupción, acompañado por un equipo de patriotas con verdadera vocación de servicio, el 2 de enero de 2002 enterramos el modelo financiero, rentístico y usurero que alcanzó su cenit con las políticas del Consenso de Washington. Inauguramos, entonces, un virtuoso modelo basado en la alianza entre trabajadores y empresarios para poner de pie y en paz a la República. A partir de esa inamovible convicción, se fueron conjugando las decisiones políticas y económicas que devolvieron a los argentinos un país normal en pocos meses.
En honor a la verdad histórica, creo que la conmemoración del grito de libertad de 1810 es oportunidad para que desenmascaremos el relato mentiroso.
Cuando dicen "recibimos un país incendiado", deberían decir: "recibimos un país que crecía al 7%, con superávit fiscal y comercial, progresivo crecimiento de reservas, 3% de inflación anual y sin manifestaciones violentas".
Cuando dicen "salimos del default con una quita del 70%", deberían decir: "a fines de 2002 el gobierno anterior firmó un acuerdo con el FMI para salir del default, e inmediatamente después presentó en Washington la única propuesta de canje de deuda viable entre la Argentina y los bonistas particulares, con quita del 70%, que fue lo que finalmente aceptaron en 2005".
Cuando dicen "logramos rescatar las cuasimonedas emitidas por las provincias durante la crisis de la convertibilidad", deberían decir: "el 9 de mayo de 2003, el anterior gobierno convirtió en ley el rescate de bonos provinciales y títulos Lecop emitidos por el Estado nacional".
Cuando dicen "devolvimos la confiscación del 13% a empleados públicos y jubilados que instaló la Alianza", deberían decir: "por Decreto 1819/2002, se estableció que a partir del 1° de enero de 2003, las retribuciones fueran íntegramente abonadas sin la reducción ordenada por el decreto 896/2001 y la ley 25.453".
Cuando dicen "impusimos un tipo de cambio competitivo", deberían decir que "en 2002 el gobierno de emergencia asumió el costo que significó ponerle la firma al certificado de defunción de la convertibilidad, y alentó la competitividad con un tipo de cambio flexible y estable".
Cuando dicen "tenemos superávits gemelos inéditos en nuestro país tras una historia signada por los déficits que ningún gobierno pudo evitar", deberían decir que "dos de los pilares del modelo económico instalado en enero de 2002 -superávit fiscal y comercial- fueron abandonados luego de la renuncia del equipo económico heredado".
Cuando, a partir del reclamo de todas las fuerzas políticas y sociales, luego de seis años de gobierno, dijeron "instalamos una verdadera revolución para combatir la pobreza, la Asignación Universal por Hijo", deberían haber dicho que "en 2002 se creó el Derecho Universal de Inclusión Social, materializado a través del Plan Jefas y Jefes de Hogar, que cobijó a más de dos millones y medio de familias con un ingreso superador de lo que el Indec consideraba entonces la línea de indigencia".
Cuando dicen "creamos la prescripción de medicamentos por nombre genérico", deberían decir que "el 28 de agosto de 2002 se sancionó la ley 25.649 de prescripción de medicamentos por su nombre genérico".
Cuando dicen "entregamos gratuitamente medicamentos a millones de personas mediante el programa Remediar", deberían decir que "el plan Remediar nació en abril de 2002 para cubrir las necesidades de 15 millones de personas mediante botiquines de medicamentos que cubrían la casi totalidad de las patologías ambulatorias por dos años, hasta 2004".
Cuando reivindican como propia la creación de la Unasur, deberían decir que "desde la conducción de Duhalde en el Mercosur, con la colaboración protagónica de Lula da Silva y Chávez, el 9 de diciembre de 2004 concretamos la unidad de nuestros pueblos".
No quisiera seguir abrumando con refutaciones. Sólo destacar que los objetivos del programa -liberar los depósitos, recuperar la moneda, acordar con los organismos internacionales, crear estímulos a la producción, al empleo y a la inversión, frenar la inflación, reestructurar las deudas con las provincias y atender la urgencia social extrema- fueron alcanzados hace ya una década, luego de atravesar la mayor crisis social, económica y política como nación.
¿Por qué es preciso desenmascarar el relato desde sus mismos orígenes? Porque con las mentiras nada duradero puede construirse. La mentira envilece, angustia, causa desconfianza y desesperanza. Hace daño. En cambio, la verdad ayuda a restañar las heridas de todos y alimenta la confianza.
Y esto hoy está a la vista: la mitomanía oficialista no ha resuelto los problemas estructurales de nuestra sociedad. Los intentos de sometimiento a los sectores productivos, a la Justicia y a la prensa; el condicionamiento de nuestros hermanos más humildes a la politiquería clientelar, y la presión tributaria récord sin redistribución equitativa, entre otros dislates, repliegan y desandan la posibilidad de que los argentinos asumamos una ciudadanía plena. Se reemplazó el modelo del encuentro, del diálogo y la participación por el enfrentamiento estéril que llevó a la fractura generalizada de nuestra comunidad.
Las mentiras encadenadas que intentaron vanamente ocultar una cultura hueca, falsamente progresista, son las responsables del actual desasosiego. El oficialismo ha abandonado el neoliberalismo sólo en su discurso, desperdiciando la década dorada, la más promisoria de la Argentina -y de Sudamérica toda- desde la declaración de la Independencia."

sábado, 25 de mayo de 2013

Qué pasa, que pasa, qué pasa General, que está lleno de ateos el Gobierno Clerical!!!


El 26 de mayo de 2001, Página 12 se abrazó a las declaraciones del entonces cardenal Bergoglio, para dar cuenta de la soledad de De La Rúa. " el cardenal de Buenos Aires fustigó a quienes “exigen
sacrificios incalculables, escondidos en sus burbujas de abundancia, mientras
evaden su responsabilidad social”, dice la cabeza de la nota de Washington Uranga.

DURISIMA CRITICA DE BERGOGLIO A LA DIRIGENCIA POLITICA
“País dañado por los privilegios”
En el Te Deum, el cardenal de Buenos Aires fustigó a quienes “exigen
sacrificios incalculables, escondidos en sus burbujas de abundancia, mientras
evaden su responsabilidad social”. Otras voces de la Iglesia.

"Usando el púlpito de la catedral metropolitana con motivo del Te Deum (ceremonia de acción de gracias) celebrado ayer con ocasión del 25 de Mayo y frente al presidente Fernando de la Rúa, los ministros, autoridades políticas, militares e integrantes del cuerpo diplomático, el cardenal de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, hizo una durísima crítica a la dirigencia política, reiterando y por momentos endureciendo el tono de las advertencias en el mismo sentido ya consignadas en el documento que el Episcopado había difundido el 12 de mayo tras la asamblea plenaria. Ahora Bergoglio dijo que el país “está dañado por los privilegios, por los que utilizan el poder en su provecho a cuenta de la legitimidad representativa”, por quienes “exigen sacrificios incalculables, escondidos en sus burbujas de abundancia, mientras evaden su responsabilidad social y lavan las riquezas que el esfuerzo de todos produce”. A las admoniciones del cardenal porteño se sumaron también las de los obispos Héctor Aguer (La Plata) y Jorge Novak (Quilmes), dos prelados que suelen diferir en mucho en cuanto a sus posturas eclesiásticas y teológicas (ver aparte). 
Ante la mayoría de los miembros del gabinete nacional, incluido el ministro de Economía, Domingo Cavallo, el arzobispo porteño sostuvo que “las reglas de juego de la realidad global de estos tiempos son un cáliz amargo, pero esto debe redoblar la entrega y el esfuerzo ético de una dirigencia que no tiene derecho a exigir más de los de abajo si el sacrificio no baja desde arriba”. Para el cardenal, quien acaba de llegar del Vaticano, donde participó de una reunión general de cardenales (consistorio) convocada por el Papa, “el poder es servicio y sólo tiene sentido si está al servicio del bien común”. 

Casi como contrapartida de la crítica a la dirigencia, Bergoglio destacó el esfuerzo de un pueblo que “rechaza la desesperanza y se rebela contra aquellas mediocridades” y que, según su interpretación, con esta actitud “quiere decirle que no a la anomia, no al sinsentido y a la superficialidad fraudesca (cuando no farandulera) que alienta el consumismo”. Según el arzobispo católico, el pueblo con su esfuerzo también les dice que no “a quienes necesitan un pueblo pesimista y agobiado de malas noticias para obtener beneficios de su dolor”.


Bergoglio aprovechó la ocasión para insistir también en el valor que él personalmente, pero también la gran mayoría de los obispos católicos, le dan actualmente a la labor que vienen realizando las organizaciones intermedias de la sociedad y los grupos de voluntariado social. En este sentido dijo que “nuestro pueblo bebe diariamente el cáliz del servicio de millones de personas que silenciosamente ponen el cuerpo al trabajo o a la búsqueda del mismo y no a la especulación, en el servicio de los que sostienen la convivencia y la solidaridad callada y no los absurdos fantasmas de xenofobia, propias de minorías ideológicas agitadoras de conflictos, en el servicio de los que sufriendo la globalización de la pobreza no han dejado de igualarse en la solidaridad de las organizaciones comunitarias y manifestaciones culturales, espontáneas y creativas”.


En otro momento de su homilía, el cardenal Bergoglio propuso a su auditorio mayoritariamente compuesto por dirigentes políticos y funcionarios realizar una “revolución basada en el nuevo vínculo social del servicio”. Les recordó también a los dirigentes que el pueblo les está exigiendo “que no se cansen de servir” para hacer realidad ese nuevo vínculo social, dado que las recetas ya probadas “hasta el hartazgo” en el pasado han demostrado que se desgasta la convivencia con “el abuso opresor de algún sector sobre otro, los internismos que dan la espalda a los grandes problemas, las equívocas lealtades y los enfrentamientos sectoriales e ideológicos más o menos violentos”. Recordó además que “una sociedad auténticamente humana, y por tanto también política, no lo será desde el minimalismo que afirma convivir para sobrevivir ni tampoco desde un mero consenso de intereses diversos con fines economicistas”.


Para el arzobispo de Buenos Aires, el camino es “el trabajo solidario en el servicio” que se constituye en “la respuesta más genuina a la incertidumbre de un país lleno de potencialidades que no se realizan o se postergan una y otra vez, indefinidamente, deteniendo su derrotero de grandeza”. Bergoglio utilizó una descripción para definir al pueblo. “Cada docente y maestro que sobrevive a la adversidad, cada productor que sigue apostando al trabajo, cada joven que estudia y brinda su compromiso formando una familia nueva, en los más pobres y en los que trabajan fatigosamente buscan trabajo: ese es nuestro pueblo”, dijo. Pero pese al cuadro de situación trazado el cardenal destacó la entrega y el servicio esperanzador de los argentinos que, apoyado en “la gran reserva cultural y moral” que tiene el pueblo, que “sufriendo la globalización de la pobreza no ha dejado de igualarse en la solidaridad de organizaciones comunitarias y manifestaciones culturales, espontáneas y creativas” y que haciendo uso de una serenidad “solidaria, creativa y esperanzadora” aleja “la violencia institucionalizada y es el antídoto contra la violencia desorganizada o promovida”.


Frente a un auditorio plural, integrado por creyentes y no creyentes, entre quienes se encontraba también el jefe de Gobierno de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, Bergoglio no dejó de advertir que “las palabras del Evangelio no van dirigidas sólo al creyente o al practicante” sino que “alcanzan a toda autoridad tanto eclesial como política, ya que sacan a la luz el verdadero sentido del poder”.
"


25 de mayo con De la Rúa. Una revolución.

En el año 2000, De la Rúa se dejaba retar por el entonces cardenal Bergoglio, en el tradicional tedeum que se celebra en la Catedral porteña: 

25 de Mayo: "Una ceremonia con vallado de seguridad y aporte de militantes"

El título entrecomillado es del 26 de mayo de 2001 y salió publicado en el diario Clarín. La crónica, ilustra la inanidad del equipo gobernante de entonces.

Así era la épica republicana, allá por el 2001



"De la Rúa recorrió sin sobresaltos el camino entre la Casa Rosada y la Catedral
  • Se lo vio muy protegido después de una semana difícil por la alta conflictividad social

    PABLO CALV
    Un dispositivo a prueba de abucheos permitió al presidente Fernando de la Rúa recorrer tranquilo la distancia que separa la Casa Rosada de la Catedral, bastón en mano, banda al pecho y escarapela esmaltada fija.

    Un doble vallado verde, inusual para un festejo patrio, alejaron a De la Rúa de la gente unos 25 metros. Entre el Presidente y los ciudadanos, además, fueron ubicadas formaciones y bandas militares, cuyas marchasanulaban el volumen de cualquier aplauso o griterío.

    La Plaza de Mayo fue sembrada de policías, uniformados y sobre todo de civil, que vigilaron los movimientos de los pocos vecinos que se acercaron en forma espontánea a presenciar la parada militar que reemplazó al desfile.

    El celo en el operativo fue decidido por la tensión social de este mes, que incluyó un corte de ruta en La Matanza durante 17 días, piquetes y marchas por toda la Capital y un acto de la Armada en Mar del Plata donde el presidente fue insultado.

    La presencia de militantes radicales en la Plaza de Mayo reforzaron ayer las precauciones.

    Bien temprano, el jefe del Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, izó la bandera principal tocando un botón, para sorpresa de los escolares que lo rodeaban.

    En un banco, dos jubilados escuchaban por radio Continental el Himno Nacional cantado por Jairo. Es la versión que usó la Alianza en la campaña presidencial, en un aviso donde Chacho Alvarez cerraba su puño derecho y decía "fuerza, fuerza", mientras De la Rúa prometía "cortarle la cabeza a la corrupción".

    Casi pintoresco, porque arrastraba de la correa a un perrito marrón mientras seguía el paso presidencial, un señor de barba candado gritó: "Mentiroso, no sabés gobernar". Lo taparon los aplausos.

    El otro toque aislado de disconformismo lo dieron cuatro adolescentes de Floresta, que colgaron al pie de la Pirámide de Mayo una sábana que decía: "Basta de hipocresía. No a la corrupción", y se preguntaba: "¿Y el desfile?".

    Una vez que De la Rúa y sus ministros entraron a la Catedral, los portones de madera se cerraron y la gente siguió el tedéum por los altavoces.

    Mientras el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, criticaba a los políticos que "utilizan el poder en su provecho", los granaderos daban una vuelta por la plaza, para tranquilizar a sus caballos. Había también cascos azules, cadetes de las escuelas militares, gendarmes y efectivos de las tres Fuerzas Armadas.

    Justo al mediodía, bajo el solcito otoñal, De la Rúa salió sonriente, pese a la dura homilía que había escuchado. Recibió un facón plateado de la agrupación tradicionalista Fortín Quilmes y una carta de 14 familias que buscan a sus chicos perdidos.

    Se metió en un auto oficial y desapareció de la escena, protegido por una decena de custodios de traje y con intercomunicadores en la oreja similares a los que utiliza el servicio secreto norteamericano.

    A la mañana, como la costumbre histórica lo indica, De la Rúa tomó una taza de chocolate en Olivos, junto a su esposa, Inés Pertiné, personal de la residencia y colaboradores. En un aparte, les confesó a los periodistas supreocupación por la situación del país.

    Después se arrimó a saludar a unos vecinos por la puerta de la calle Villate y marchó para la Casa de Gobierno, donde lo esperaban saludos protocolares.

    De allí, a la Plaza, donde podía pasar de todo, pero nada pasó. Le habían preparado un traje impermeable a los abucheos."
  • viernes, 24 de mayo de 2013

    Ministerios - 1



    Mi voz desapareció. Los patios internos de los ministerios se tragaron toda la luz. Y los sonidos. Persiana americana para espiar tierra. Baños inundados. Remodelaciones, una sobre otra, como capas geológicas que remontan a Armendáriz, y a Camps, a Arslanián, a todos. Oficinistas, con todas las capas geológicas sobre la piel. ¿Y si esas capas que se superponen un día se chocan? ¿Y si dos policías se aman en el patio del ministerio de la oscuridad?

    sábado, 18 de mayo de 2013

    Chau Videla

    Estamos en el fondo de una góndola olvidada, al lado de una pomada para los zapatos que nadie lleva, y de hectolitros de lavandina querubín, con fragancias de la concha de tu hermana. Al reloj lo del reloj. Y nuestra fecha de vencimiento es mañana. Fue ayer. Es el año que viene. Da igual.

    Paraíso Fiscal

    La próxima vez que firme un recreo de necesidad y urgencia, en la reglamentación voy a poner que sea sábado, y en algún paraíso fiscal, tipo Uruguay, la calle Florida, o el barrio de Belgrano.

    Madness

    martes, 14 de mayo de 2013

    Decreto de Necesidad y Urgencia

    Quiero mi peceto de necesidad y urgencia, de los que valen ochenta pesos. Con eso voy a hacer unos sánguches para vender en Retiro, y así pagar los primeros tres meses de streaming. Voy a poner una radio on line, y dos minutos después, voy a evadir todos los impuestos del mundo mundial. No pago más ABL, soy propietario de un multimedios. Tengo un blog y una radio on line, y que la sigan mamando.

    ¿El preámbulo del final?


    Comparto con ustedes una nota que escribió Enrique Gil Ibarra, y que leí en su cuenta de Facebook. Enrique, algo conoce sobre el peronismo, y no está sumergido en esto que llaman "el microclima". Queda abierta la discusión (?).

    "La interna ha comenzado

    A mi juicio, Cristina está cometiendo lo que parece ser uno de los más graves errores de su carrera política. En su afán de convencer “a como dé lugar” a los que no necesitan ser convencidos, Cristina se está restando a sí misma buena parte del poder de consenso real que tenía acumulado, aunque aún no sea conciente de ello.
    Como los peronistas de años sabemos, en nuestro movimiento los juegos de poder son permanentes y feroces. Así como la (aparente) subordinación al mejor jugador en cada coyuntura es casi siempre generalizada, las agendas de los dirigentes peronistas quedan, en cada una de esas “sumisiones”, virtualmente repletas de cuentas a cobrar, en la seguridad de que, tarde o temprano, las facturas podrán ser emitidas con los intereses correspondientes.
    Kirchner, descubrimiento y luego pesadilla de Eduardo Duhalde, supo luego de ganar su período presidencial que existía una única manera de concentrar el poder y su liderazgo sobre la dirigencia y la base peronista: establecer nuevas reglas del juego, sacudiéndose el pesado manto del decenio menemista y augurando para el país una transformación total, que nos colocara, no sólo a nivel económico, sino en el horizonte político, en un nuevo rumbo. Sobre ese rumbo basó, inteligentemente, la totalidad de su discurso estratégico de los cuatro años de gobierno, a tal punto que logró encolumnar detrás de ese proyecto a la mayoría absoluta del movimiento y el partido Justicialista, a un importante sector de la dirigencia intermedia y de las bases “progresistas” (sigo sin saber qué es eso) de la Unión Cívica Radical, de la izquierda moderada y del socialismo democrático. Impuso también la candidatura de su esposa, con el -primero incomprensible y ahora perfectamente manifiesto- objetivo de reservarse la estructuración del Partido Justicialista, en una especie de “renacimiento” para el que recibió el apoyo no sólo de las bases, sino de todos los dirigentes provinciales con peso propio, que fueron revalidados por el pueblo en las elecciones de finales del 2007.
    Pero la cadena de éxitos obliga –dentro de nuestro movimiento- a más éxitos. Porque es absurdo pretender que un liderazgo individual se sustente en el tiempo si no reúne al menos una de dos condiciones:

    a) Una organización y movilización constante y creciente del pueblo con el consiguiente desarrollo del movimiento nacional y popular, o

    b) Una fidelización permanente de los cuadros dirigenciales con poder propio, lo que implica –desde luego- compartir el poder.

    Las iniciativas concretadas por el “kirchnerismo” en el primer sentido fueron escasas y débiles, a pesar de la insistencia de sus cuadros medios, que gozando de la experiencia proporcionada por una larga militancia real, supieron organizar estructuras masivas pero no lograron influir en la línea general de un gobierno al que solicitaron reiteradamente medidas que ambos Kirchner consideraron alejadas de lo posible.
    Néstor Kirchner basó en ese entonces su construcción de poder en una “concertación” que, si bien rindió excelentes frutos electorales, extendió a buena parte de la dirigencia peronista con poder propio (adquirido en años de derrotas y amargo deglutir de sapos) muchas de esas facturas que se atesoran pacientemente, esperando el día del vencimiento.
    Pero ahora Cristina Kirchner parece haber olvidado que, en el peronismo, las alianzas y concertaciones son temporales y que, a pesar de las exhortaciones del viejo General, cuando el discurso público se sumerge en lo íntimo de la política, sigue siendo realidad que para un peronista no hay nada mejor que otro peronista.
    Un dirigente bonaerense que conocí hace tiempo, asombrado porque otro caudillo de la provincia de Buenos Aires –ofendido con él- le negó el saludo en un acto, me dijo: “¿Ves Enrique? Este hombre no entiende nada de política, y mucho menos de peronismo”.
    En la rueda de la política peronista argentina, el dirigente puede construir poder individual sólo si, generosamente, lo comparte con los que lo han llevado a donde está. La acumulación de heridos sonrientes y aprobadores es generalmente el preámbulo del final.
    La interna ha comenzado, aunque Cristina aún no lo sepa."

    El cordobazo