lunes, 15 de julio de 2013

Todo sobre la venta del AFSCA a Vila-Manzano



Como sigamos boludeando con esto de "el proyecto nacional", o la continuidad de "el modelo", los kirchneristas corremos el riesgo de hacer campaña para nosotros mismos.

El Peronismo (Kirchnerismo) ostenta una enorme capacidad para concitar el voto a partir de su inteligente pragmatismo, y un no tan frecuente idealismo. Por otra parte, el 54 por ciento que votó a Cristina, fue pragmático, votó a la fuerza política que le pareció conveniente. No todos votaron "un modelo", un dogma, un conjunto de valores que nosotros consideramos que son constitutivos de esta fuerza política. La ciudadanía es pragmática, por eso, a veces, también se equivoca.

Dicho esto, creo que la campaña electoral del oficialismo debería tener un giro hacia el futuro, que incorpore algunas propuestas, aunque más no sea en forma de tópicos. Si la ciudadanía interpreta que "el modelo", incluye inflación, inseguridad, dificultades en el acceso a la vivienda, retracción del mercado de trabajo, sistema de transporte público ineficiente, fuerzas de seguridad atravesadas por prácticas criminales, falta de acceso a la justicia, y, por si fuera poco, corrupción y cierta virulencia política... bueno, es posible que piensen votar a otra fuerza política.

Son diez años de Gobierno, es mucho tiempo, la ciudadanía comienza a comparar esta etapa del kirchnerismo, contra el propio kirchnerismo, y ya no con los tiempos de hambrunas, piquetes y corralitos, y, mucho menos, con la dictadura.

Los candidatos deben perder el miedo y enunciar los problemas que se escuchan, que se sienten, y que se viven en las calles de hoy.

Sin presente no hay futuro. El Gobierno se sostiene sobre la mayor estructura política vigente en la Argentina. Peeero, sin futuro, el presente se diluye, y algo de eso hay en la observable fuga de intendentes hacia otras referencias del ecosistema. Los electores, también huelen algo de ese clima. Por eso creo que es necesario volver a recrear un horizonte posible, o imaginable, o, si no es mucho pedir: razonable.

Claro, lo que pido es difícil, porque el "horizonte" del kirchnerismo está averiado, ya no sabemos con qué vara hay que medir, la discusión política está obturada, ya sea la discusión ideológica, como la metodológica, como la discusión por el poder. Aunque esta última nunca se detenga, aunque la obturen en los canales oficiales. En ese marco, los candidatos, elegidos a dedazos por Cristina, y que no son emergentes políticos que contengan determinadas demandas, ni se encuentran en posición como para discutirle a Cristina absolutamente nada, ni gozan de virtud (aparente) como para salirse de la mediocridad, difícilmente se atrevan a pronunciar propuestas, o miradas que se salgan de los lugares comunes del relato oficial.

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